¿Y porqué no te dejas llevar? -...
Pregunta trampa, porque atrapa. Y eso es lo que quiere. Que vuelva a caer. Jugar a ser algo, sin ser nada. Jugar. Pasar el rato. Vivir el momento. Pero en ese proceso de diversión asegurada uno de los dos se enamora. Y luego vienen las noches en vela. Los clinex por el suelo. Y luego aparece hasta en los sueños. No quiere enamorarse, pero quiere arriesgar y jugar a este juego de azar en el que uno de los dos va a caer. Porque Cupido es el crupier de esta apuesta, y solo salva a uno de sus flechas. Y el propio azar siempre cumple la probabilidad de que el corazón más débil es el que cae. Y siempre soy yo la que caigo. Sabes que no me gusta lo simple, que me gusta comerme la cabeza, pararme a pensar de vez en cuando, y otras actuar sin razonamiento alguno. Vivir a impulsos. Pero el amor me frena. Prefiero que sea el propio Cupido el mismo que me traiciona, el que me susurre al oído, esta vez si, esta vez apuesta tú y verás como ganáis los dos.
8 de enero de 2017
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