que curan todas las contracturas
que tú mismo causaste.
Masajes llenos de mensajes
subliminales.
Dibujas en mi espalda
letras que no puedo descifrar,
vienen encriptadas
y solo tú puedes adivinar.
Necesito uno de esos,
que tú me sabes dar
esos que duelen
pero luego te hacen bien.
Necesito retorcerme
con tus manos pegadas a mi piel.
Necesito que me hagas crujir
cada una de mis vertebras
para sentir el alivio que también me causas.
Manos santas.
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