Con la excusa perfecta
en el momento más inoportuno,
en el momento que más te necesito.
Con la perfecta huida
preparada para no volver
en el momento que más te necesito.
Con la lágrima al borde
del precipicio me dejas
y no vuelves
en el momento que más te necesito.
Con más ganas de vivir
que nunca jamás
coges y abandonas la vida
cuando tú me estabas enseñando a vivir.
Con la sonrisa puesta
te vas a alumbrar los días
desde otro lugar.
Y con tu ida me vuelves
a enseñar lo que es la vida.
La parte más amarga del dulce,
la parte que no se redacta
en los finales felices,
porque aunque fuera el fin
puede que fuera el principio
de algo, no sé muy bien el qué.
Pero así me sirve de excusa
para autoconvencerme
de que tu ida era la excusa perfecta
en el momento mas inoportuno
para darme otra lección de vida.
en el momento más inoportuno,
en el momento que más te necesito.
Con la perfecta huida
preparada para no volver
en el momento que más te necesito.
Con la lágrima al borde
del precipicio me dejas
y no vuelves
en el momento que más te necesito.
Con más ganas de vivir
que nunca jamás
coges y abandonas la vida
cuando tú me estabas enseñando a vivir.
Con la sonrisa puesta
te vas a alumbrar los días
desde otro lugar.
Y con tu ida me vuelves
a enseñar lo que es la vida.
La parte más amarga del dulce,
la parte que no se redacta
en los finales felices,
porque aunque fuera el fin
puede que fuera el principio
de algo, no sé muy bien el qué.
Pero así me sirve de excusa
para autoconvencerme
de que tu ida era la excusa perfecta
en el momento mas inoportuno
para darme otra lección de vida.