Estar fuera de casa me ha hecho pensar... y es que no todos los días estoy con mi familia, no todos los días puedo abrazarlos, no todos los días puedo levantarme y tener el desayuno hecho por mi madre, no todos los días tengo una nota de mi padre encima de la encimera de la cocina, no todos los días puedo hacer rabiar a mi hermana, no todos los días puedo dar un paseo con mi perro.
Vivimos en una sociedad capitalista en la que la Navidad se está convirtiendo en sinónimo de consumismo y estamos perdiendo la auténtica esencia de la Navidad.
Por eso lo único que quiero estas Navidades es que regrese el espíritu Navideño a mi vida.
Yo solo pido tiempo, y eso ni Papá Noel ni los Reyes Magos me lo pueden traer.
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