Que me he cansado de ser oveja y seguir al resto del rebaño y quizás es cuando he descubierto lo libre y feliz que soy, por decir lo que pienso a cada instante.
Soy libre escupiendo palabras, y luego no me quejo de las consecuencias, y eso que más de una vez me han dicho que piense antes de hablar.
Pero yo soy como el niño pequeño que dice lo que piensa, o como el borracho a las cinco de la mañana.
Y no sabes lo a gusto que te quedas después de soltar tantas verdades que nadie se atreve a decir.
Añadir que quizás yo no sea la más revolucionaria, ni la más perfecta, pero soy yo misma, con eso a mi me vale.
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