Entiende que adoro dormir,
trasladarme donde me de la gana con solo cerrar los ojos.
Nueva York, Roma, Tokio, Berlín en una sola noche.
Un tour imparable y gratuito.
Pero sobre todo me encanta cuando despego en tus brazos,
después de tanto viaje no hay mejor manera de acabar en los brazos de alguien al que llamar hogar.
Lo peor de todo es cuando despierto,
por unos segundos no soy consciente de que todo era un sueño.
Después de lavarme la cara ya vuelvo a la realidad, y joder...
Cuando llegará el día en el que la realidad supere a los sueños.
Cuando dejaré la ficción a un lado,
y que la mejor acción sea yo entre tus sábanas,
después de una noche tranquila viendo una peli absurda acurrucados en el sofá.
Y sí, por ti renunciaría a mis sueños, a Nueva York y todo eso.
Y todo por una noche de tus besos.
16 de diciembre de 2015
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